SINOPSIS

El día que murió el último panda es la entrada a un museo donde contemplaremos los próximos 1000 años de existencia de la humanidad. Unos años que, por motivos evidentes, no vamos a vivir. Una audioguía nos hará viajar a través de un futuro distópico en el cual los osos panda se han extinguido y los científicos descubren cómo incubar un embrión fuera del vientre materno. Por primera vez en la historia, la especie humana tiene el poder de decidir sobre su propia evolución.

¿Qué futuro nos espera en una sociedad altamente digitalizada e inmersa en una evolución tecnológica exponencial? Selección genética, transhumanismo, inteligencia artificial, ecofascismo… ¿Dónde está el límite de lo humano y lo desconocido?

Un montaje en el que la compañía Projecte Ingenu repiensa la relación con el espectador y propone un formato a caballo entre la instalación y el teatro, dónde el público – provisto de unos auriculares que reproducen una creación sonora a modo de hilo conductor – transita libremente por el espacio escénico y decide dónde poner su mirada para construir el montaje final.

LíneAs de trAbaJO

A partir de una situación real (el riesgo de extinción de los panda) se genera un futuro distópico (el último panda ha muerto y comienza la tarea científica de intentar reproducirlos artificialmente).

Esta anécdota tiene muchos puntos de conexión con la teoría de los antropólogos Eudald Carbonell y Robert Sala: el ser humano se encuentra inmerso en un proceso de humanización no acabado que sólo finalizará cuando seamos capaces de reproducirnos fuera del útero materno. Lo que nos puede hacer avanzar en el camino de la humanización es el conocimiento y la tecnología, la socialización de ésta y el proceso de igualdad entre sexos.

En un momento en que el regreso a la naturaleza parece la única forma de recuperar nuestra esencia, Carbonell y Sala apuestan por el uso de la tecnología para llegar a ser totalmente humanos.

La contradicción entre la defensa o no de lo tecnológico como responsable de nuestra «desaparición» es el punto de partida de nuestro proyecto. La posibilidad de acceder a esta humanización plena en un futuro y qué formas puede tomar es la hipótesis de la investigación escénica y dramatúrgica que queremos hacer.

Entrar en colaboración con el IPHES (Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social) adscrito a la Universidad URV de Tarragona y poder profundizar en las teorías de Sala y Carbonell formará parte del proceso de investigación dramatúrgica del espectáculo.