La relación entre Yerma y su marido se va deteriorando porqué, aunque exista el deseo, ella no consigue quedarse embarazada. La vida pasa y la tristeza se apodera de Yerma: la nostalgia de un posible amor de adolescencia que nunca aconteció, el desencanto de las amistades que se alejan por los hijos, la pérdida de la juventud y el hogar conyugal que se convierte en una auténtica prisión. Un crudo retrato de los niveles más privados de nuestra sociedad donde se acontecen las tragedias más reales, la tragedia íntima de Yerma, la tragedia de no poder desengancharse de su propio cuerpo. Una puesta en escena contemporánea, que reflexiona sobre la fecundidad de nuestros tiempos.
Pronto nos preguntamos si Yerma era realmente un clásico… ¿? Si lo era, tendríamos que ser capaces de imaginarla caminando entre nosotros, respondiendo con sus palabras nuestras dudas, miedos, incertidumbres… Su actitud nos molestaria tanto como nos atraería: a veces, la encontraríamos reaccionaria, otras demasiado moderna. La amaríamos y la odiaríamos al mismo tiempo. Si se tratase de un clásico, no sería solo su conflicto, aquello extrapolable a nuestro mundo. Cada situación, cada personaje, cada frase nos resonaria com si nos la dijera la pareja, la amante, una amiga o una madre. Nos encontraríamos a Juan en la oficina, a Víctor en el bar, A María empujando el cochecito. Los viejos nos darían consejos que no entendemos y la sonrisa de un par de jovencitas nos haria gracia cuando menos nos lo esperaramos. Lo que nos produjera más dolor de cabeza seria descubrir que el trabajo nos roba tiempo y energía en busca de unos beneficios poco claros, mientras la gente que queremos se aleja de nosotros sin ser demasiado conscientes de ello. Y el desazón. El desazón permanente que lo govierna todo, el desazón que no se va, que lo devora todo sin quedarse nunca saciado. Y poco a poco, Yerma nos resulta muy próxima. Muy adentro de nosotros vive Yerma. Una Yerma que tiene nuestra edad, que lucha por las mismas ilusiones que todos nosotros, día a dia, que se avergüenza de los mismos miedos… Y una duda… Grande. Enorme. ¿Estamos nosotros secos? ¿Está seco el mundo donde vivimos? ¿Existe aún una remota posibilidad de convertir en fecundo nuestro tiempo y lugar? Y si existe… ¿Sabemos querer lo suficientemente bien como para que nada bueno pueda germinar?
Marc Chornet, director
dirección Marc Chornet Artells
Yerma Alba José / Neus Pàmies
Juan Martí Salvat
Víctor Xavier Torra
María Rosa Serra
Vieja Isabel Soriano
Muchacha Roser Tàpias / Mónica Portillo
Muchacha Cristina López
autor Federico García Lorca |
adaptación Marc Chornet i Anna Maria Ricart |
dirección Marc Chornet Artells |
ayudante de dirección Anna Maria Ricart |
diseño del espacio Laura Clos ‘Closca’ |
diseño del vestuario y caracteritzación Marta Rafa |
diseño de iluminación David Bofarull |
música original y asesoría de movimiento Miquel G. Font |
producción ejecutiva Neus Pàmies |
fotografía David Ruano |
Equipo Teatre Akadèmia |
Dirección artística Guido Torlonia |
Jefe de producción Meri Notario |
Jefe de comunicación Míriam Font |
Gestión de públicos Rubén Salinas |
Asistenta de dirección art. Isabelle Bres |
Jefe de sala Enrique Vallejo |
Jefe técnico Pol Queralt |
Técnico Lluís Serra |
producción Projecte Ingenu y Teatre Akadèmia
distribución Projecte Ingenu
Espectáculo en castellà
duración 90′ sin pausa